3.1. Uxama: el sustrato celtibérico
a) Organización política, económica y social
Las gentes que ocuparon este territorio eran celtíberos,
uno de los pueblos más dinámicos a mediados del siglo II, cuando se inicia la
guerra de Roma contra Numancia. Pertenecerían al grupo de los arévacos
cuyo territorio incluía prácticamente toda la actual provincia de Soria y
más concretamente eran argaelos, el
linaje que dio nombre a la ciudad que dominó enseguida todo el valle del Ucero
y fue la única de estos territorios en sobrevivir a los cambios derivados de la
conquista romana.
Localización de los distintos
pueblos prerromanos
Localización
de la pueblos de la Celtiberia soriana
A los arévacos en, cuantos celtíberos y
habitantes de Uxama, Numancia y Tiermes se les pueden aplicar los rasgos que a
aquellos les atribuye el geógrafo griego del siglo I Estrabón para definir su
organización y sus costumbres: fidelidad al jefe, hospitalidad, preferencia por
el combate singular entre guerreros, valor en la lucha, independencia y pactos
de fidelidad. Les eran propios los ritos funerarios, las danzas a la luz de la
luna en honor de una divinidad, el culto a un dios de la guerra, la comida
respetando la edad. Es la aristocracia de la guerra, especialmente poseedora de
caballos, el sector social que mejor se perfila a través de los textos y la
Arqueología.
Caballo
celtibérico
Por los escritores antiguos se conocen
algunas de sus costumbres: el intercambio de regalos, la forma de luchar, la
doma, la excelencia de los caballos de guerra etc.… La arqueología documenta la
variedad de la panoplia del guerrero arévaco, las armas de parada, los
esplendidos ajuares de los caballeros, el uso de bastones de mando y estandartes,
las armas en la necrópolis como instrumentos para materializar una idea moral.
Guerreros celtibéricos
En cuanto a la organización política de
los celtíberos, se trataba de estados oligárquicos, según narra el relato de
las guerras celtibéricas. Los guerreros celebraban asambleas para tratar las
cuestiones bélicas y los ancianos celebraban un Senado con gran peso político
hasta el punto en el que podían decidir la política exterior. Es más, la última
palabra la tenían esos consejos locales, lo que Apiano llama la bulé.
Parece que en la mayor parte de los casos
los consejos practicaban una política conservadora proclive a no comprometerse,
o a someterse sin resistencia previa a Roma para evitar la pérdida de su
territorio, el pago de gravosos tributos y los males mayores que sobrevendrían,
en cambio, si se rendían tras oponer resistencia. No eran partidarios de
sostener la guerra por la guerra sino que pretendían, y así lo pidieron en
varias ocasiones a lo largo del conflicto, un tratado de paz soportable.
Nombraban emisarios, portavoces, capaces de exponer durante la guerra sus
pretensiones ante los cónsules con convincente oratoria y, desde luego, con el
uso de intérprete, incluso en la propia Roma ante el Senado.
Buscaban la solución a los enfrentamientos
a través de acuerdos basados en la palabra dada por jefes prestigiosos. Los
conflictos entre grupos, tribus o ciudades se resolverían mediante pactos de
hospitalidad y amistad, estableciendo clientelas o, incluso, a través del
matrimonio entre linajes. De la información disponible parece desprenderse que
contaban con otros estados en calidad de clientes o vasallos, ligados a ellos
por lazos de dependencia.
La política exterior de estos núcleos
debía consistir en expediciones de ataque a otras tierras, por ejemplo hacia el
sur, a Carpetania, en enfrentamientos con sus vecinos y la realización de
pactos para mantener la paz o los intercambios. Esa actividad se vio alterada
en el siglo II a.C. por la entrada en escena de Roma, la mayor potencia del
Mediterráneo que acababa de someter al imperio económico de Cartago. Después de
haber sostenido parte de las guerras púnicas en Hispania, Roma comprendió el
interés de la península Ibérica para sus necesidades económicas-políticas y
emprendió la conquista progresiva de sus territorios.
Guerreros
celtíberos
La actividad económica de los celtíberos
está dedicada a la actividad agro pastoril, con una pujante artesanía cerámica,
de forja y trabajo de bronce, sobre la que destaca una aristocracia guerrera.
Seguramente la economía de los arévacos era diversificada, no especializada en
un determinado sector. La ganadería y la agricultura, especialmente la primera,
era básica en la economía de los celtíberos. De las referencias de las fuentes
escritas se deduce una gran importancia de la ganadería, que ha de hecho dar
por supuesta una actividad mayor en este sector que en el agrícola. Aplicado a
Uxama, se puede sostener en principio la práctica del cultivo cerealístico. El
trigo se almacenaría en las casas donde se trituraría para la alimentación con
molinos manuales de piedra y se fabricaría la cerveza de cebada, caelia, citada
por Estrabón. Como complemento alimenticio importante estaba el aprovechamiento
de bellotas, nueces y otros frutos secos, En cuanto al cultivo de huerta, aun
sin documentos, es posible que se diera en la vega de Ucero, lo mismo que el
del lino.
La
ganadería era sin duda una fuente notable de riqueza. De ella son testimonio no
solo la referencia textual de entrega a los generales romanos de grandes
cantidades de sayos de lana como compensación de guerra y como condición para
aceptar el sometimiento. Poseían rebaños de caballo y ganado de cerda. Tenían
en cantidad ganado ovino, caprino, de menor tamaño que el actual, y vacuno con
trashumancia. Tenía notable importancia la explotación del bosque para leña con
destino no solo al uso doméstico sino también industrial (hornos alfareros y de
forja), para las manufacturas.
La caza de venados, jabalíes, conejos,
faisanes, perdices…., pudo ser actividad propia de la aristocracia. Pero lo
mismo que la pesca fluvial en esta tierra surcada por cuatro ríos debió
repercutir en la alimentación (en época
romana son muy abundantes los huesos de cerdo, jabalí y oveja como resto de
comida en ambiente domestico). No se puede descartar la práctica de la
conservación por salazón de carnes y pescados. Actualmente se está viendo la
importancia de la explotación de la sal en Celtiberia, donde la tierra es rica
en ese preciado bien: no lejos de Uxama estaban las salinas de Medinaceli.
En cuanto a la artesanía o actividad
manufacturera, destacan la alfarería y la metalurgia. La trasformación de
derivados de la ganadería (cuero, lana, lácteos y cárnica). El tejido se
practicaba en casa a modo doméstico.
Cerámica celtibérica
El comercio se basaba en el intercambio
de especies. Buscarían de proveerse de materias primas como: mineral de cobre
más valorado que la plata, y estaño. Gracias a los intercambios o a los regalos
en la relación diplomática estaban las armas y objetos foráneos como las
falcatas y los broches de cinturón de tipo ibérico que parecen en las
necrópolis.
Falcata celtibérica
b. Uxama, ciudad
celtibérica
En su más antiguo pasado conocido Uxama
fue un centro arévaco surgido en la II Edad de Hierro y llamado ya así al menos
desde el siglo I a.C. según consta por la leyenda de sus emisiones monetales en
bronce de la serie del jinete.
Monedas celtibéricas de Uxama:
Bronces de las cecas de Arkailikos.
Respecto a la actitud de Uxama durante las
guerras celtibéricas sabemos que no fue
protagonista principal de las contiendas. Sabemos que participo en ellas de
modo indirecto, siendo además objeto en -153 de un ataque que fracasó, como
luego volvería a ocurrir al ejército romano frente a Tiermes en -141. Quizá su
posición no comprometida de manera clara fuese premeditada: se encontraba en el
camino más fácil, por el Duero, hacia el territorio vacceo. En varios momentos
del conflicto esa zona intereso a los romanos para proveerse de víveres y aunque en algunas
ocasiones se dirigieron a ella desde la Meseta Sur, en otras indudablemente
siguieron el viejo camino del rio. Ignoramos si a Uxama le afecto el ataque de
T. Didio en -98. Por los datos arqueológicos con que contamos, no parece haber
experimentado un declive sino que se dirigió hacia una prosperidad mayor.
Como principal fuente de información de
esta época contamos con las necrópolis de Portuguí y Fuentelaraña datables del
siglo III a.C. En ellas las tumbas están dispuestas en hileras y constituidas
por la urna cineraria y el ajuar depositado en un hoyo cubierto por un pequeño
túmulo de piedras. De entre los ajuares funerarios destacan los de la élite,
guerra con espadas de antenas atrofiadas, puñales afalcatados, umbos de escudo,
lanzas, frenos de caballo y fíbulas.
Ajuar
guerrero de la necrópolis del Portuguí s III a.C
Se observan algunos ajuares de Portuguí en
el Museo Numantino, Arqueológico de Madrid, Arqueológico de Barcelona y del
Ejército de Madrid. Los pocos materiales recuperados de la devastada
Fuentelaraña se encuentran depositados en el Museo Numantino.
La cerámica es generalmente lisa aunque
también la hay decorada con impresiones de punta de espátula, incisa o pintada
con sencillas bandas horizontales o incluso en algún caso con motivos
figurados. También se conservan restos de hábitat y muralla rupestres en el
flanco oriental del Alto.
Cerámica
con figuras de Aves de Uxama
En cuanto a restos de hábitat celtibérico
hay que decir que en su última fase (siglo I a.C.) el tipo de vivienda es
semi-rupestre o tiene al menos alguna estancia de ese tipo, a la que se accede
por escaleras talladas en la roca, como es normal en este sector del valle del
Duero, Numancia, Tiermes, Langa, Uxama, incluso más al oeste también en Roa
(Burgos). Esas casas probablemente responden a un viejo modelo de una larga
tradición y permanecieron ocupadas sin prácticamente solución de continuidad a
lo largo del tiempo.
Tesera de hospitalidad celtibérica.Uxama
1.2 UXAMA ROMANA
a)
Conquista de
Celtiberia
La llegada de los romanos a la Península
Ibérica se enmarca en los conflictos por el dominio del Mediterráneo Occidental
entre esta potencia y Cartago (en el norte de África y con control sobre parte
de la Península), y más exactamente en la denominada 2ª Guerra Púnica
(218-201a.C.). En este conflicto mientras el general cartaginés Aníbal llevará
la guerra a la propia Roma partiendo desde sus bases hispanas, los romanos,
para debilitar sus fuentes de aprovisionamiento del cartaginés.
Ejército romano
La guerra terminará con el triunfo romano,
que desde este momento no tendrá rival en la zona occidental del Mediterráneo,
por la que se podrá expandir sin la competencia púnica. Además, y en el caso de
Hispania, la 2ª Guerra Púnica y su final supone la aparición en el escenario
hispano de una nueva potencia colonial que, derrotando al enemigo
norteafricano, permanecerá para sacar provecho de una zona económicamente muy
rentable, según los parámetros de la antigüedad (minas, nuevas tierras fértiles,
ganadería, mano de obra esclava para sostener el sistema de producción romano,
mercenarios y, sobre todo, un mercado nuevo y grande para los productos de
Italia).
En un principio los romanos se asentarán
en las religiones costeras de levante y el sur, así como los valles del Ebro y
Guadalquivir, es decir, las zonas más desarrolladas económica y culturalmente.
Pronto se cuestionarán la ampliación de este espacio hacia la meseta, ante los
ataques de los pueblos celtíberos y lusitanos, que por la pobreza de su región
y la enorme desigualdad social que sufrían, debido a la concentración de la
riqueza en unos pocos (tierras y ganados), no tienen más salida que el
mercenariado o el bandidaje. Si a esto añadimos la ambición de no pocos
pretores o gobernadores, que buscaban en las guerras fronterizas prestigio y
botín para luego, ya en Roma, continuar su carrera política, encontraremos la
explicación de una serie de conflictos que se van a suceder durante el siglo II
a.C., conocidos como Guerras Lusitanas y, las que más relacionadas están con
Uxama, Celtibéricas (153-133 a.C.).
Es en este momento cuando aparece por
primera vez la ciudad de Uxama en las fuentes clásicas. Así tras los
infructuosos ataques del cónsul Nobilior a Numancia, intentará apoderarse de
los graneros de Uxama, que servían para sostener la resistencia numantina.
Tampoco en este caso obtendrá resultados positivos, acabando su campaña en 152
a.C. con un fracaso para Roma.
Al final el pueblo celtibérico no pudo
resistir indefinidamente el potencial romano y en el 133 caerá Numancia, tras
un largo cerco, en manos de Escipión Emiliano, el destructor de Cartago en la
3ª, y definitiva Guerra Púnica.
Marcha de Escipión desde Ampurias
hasta Numancia
Con el fin de la guerra los celtíberos van
a perder su independencia y van a pasar a convertirse de dediticii o súbditos de los romanos y sus ciudades en estipendarias a partir de ahora sus
tierras y bienes pertenecerían al estado romano, aunque esto no supusiera
siempre el abandono de éstas por los indígenas, sino que lo normal era que
continuaran en ellas, en régimen de tierras cedidas por el estado romano, a
cambio de un impuestos.
En cuanto al régimen administrativo, la
Celtiberia va a incorporarse a la Hispania Citerior, con capital en Tarraco
(Tarragona), que ya en época imperial se denominará provincia Tarraconense.
Pero el fin de la guerra numantina no
supondrá el fin de los problemas en la Celtiberia, debido a que las razones que
convertían a esa sociedad en conflictiva se mantuvieron en los años
posteriores, es decir, los desajustes económicos en la propiedad de la tierra
que determinaban la existencia de unos pocos que acumulaban toda la riqueza y
de una masa de desheredados. En estas circunstancias, la irrupción en la
Celtiberia de los cimbrios, pueblos germano, tras haber derrotado en varias
ocasiones a las legiones romanas (en el 113 y el 105 a.C), y su derrota por los
celtíberos organizados para tal fin, van a estimular la resistencia de estos
pueblos sometidos a Roma, que tomarán las armas a fines del siglo II,
prolongándose el conflicto hasta el 92d.C., siendo de nuevos derrotados.
Habrá que esperar a que las guerras
civiles romanas del siglo I a.C. vuelvan a levantar a la Celtiberia. Los
conflictos en Roma derivan de los intentos de cambios políticos y económicos
por parte de los populares (hermanos Graco, Mario), que pretendían una reforma
agraria con reparto de tierras inclusive, la concesión de derechos de
ciudadanía a los pueblos itálicos aliados de Roma, así como otras medidas de
tipo social, enfrentados a los optimates (Sila),
defensores del mantenimiento de los privilegios de la aristocracia romana.
Estos conflictos van a concluir con el enfrentamiento armado entre ambos
partidos de los que saldrá triunfante el de los conservadores de Sila. Uno de
los partidarios populares, Sertorio, va a conseguir escapar de Roma y en la Península
Ibérica levantará un ejército con el que se opondrá a los gobernadores de Sila
hasta su muerte (72 a.C.) por traición en Osca (Huesca). Una de las regiones
que más van a apoyar la política sertoriana será la Celtiberia, donde ciudades
como Uxama, Tiermes o Clunia mantendrán su apoyo incluso después de su muerte.
Sertorio
Este apoyo tan importante se puede
explicar por la permanencia de los problemas sociales, a los que Sertorio, no
fue sordo. El intento sertoriano en ningún caso fue para separar Hispania de
Roma, sino que aquella era un baluarte para reconquistar el poder en Roma y
llevar a cabo el programa se su partido.
Los conflictos continuarán en la
Celtiberia, aunque cada vez estarán más mediatizados por los acontecimientos de
la metrópoli: por ejemplo en los años 40 con la guerra civil entre Pompeyo y
César, en la que Pompeyo destruirá Uxama.
Respecto
a la ciudad, parece ser:
“que
no fue, afortunadamente para ella, protagonista principal de las guerras
celtibéricas […] Sabemos que participó en ellas de modo indirecto, siendo
además objeto en -153 de un ataque que fracasó […] Quizá su proposición no
comprometida de manera clara fuese premeditada: se encontraba en el camino más
fácil, por Duero, hacia el territorio vacceo. En varios momentos del conflicto
esa zona interesó a los romanos para proveerse de víveres y aunque en algunas
ocasiones se dirigieran a ella desde la Meta Sur, en otras indudablemente
seguiría el viejo camino del río. Ignoramos si a Uxama le afectó el ataque de
T.Didio en -98 a otros núcleos arévacos como Tiermes. Por los datos
arqueológicos con que contamos, aquella
no parece haber experimentado un declive sino que se dirigió hacia una
prosperidad mayor.” García Merino
La ciudad no salió tan bien parada de su
apoyo a Sertorio, porque según parece fue destruida por Pompeyo, como ya se ha
mencionado, aunque pronto se recuperaría.
b)
Romanización: siglo I
a.C.-II d.C.
Con la definitiva pacificación de la
Península Ibérica tras las Guerras Cántabras en el reinado de Augusto (19 a.C.), con la que finaliza la
conquista romana de Hispania, se sientan las bases para la romanización de la
Celtiberia, al aumentar la presencia romana en esta zona por el ejército y la
emigración itálica. En especial el ejército va a ser un vehículo de
aculturación, tanto por reclutar indígenas en sus filas, como por su relación
con los lugareños allí donde se asentaron. En el caso soriano hay constancia de
campamentos duraderos en Renieblas, Almazán, Alpanseque y Numancia. Junto al ejército
no hay que desdeñar la emigración itálica, sobre todo para encargarse de los
intereses del estado o publicani:
tierras de las ciudades conquistadas, minas o impuestos; o negocios privados negotiatores, así como colonos
agrícolas.
Aparte de la mayor presencia de Roma,
también va a ser importante la inclusión de esta zona en el ámbito comercial
romano, que tantos beneficios produjo a la metrópolis y que supuso un
desarrollo económico para la Celtiberia, así como la transformación de sus estructuras
socioeconómicas. Por último también influirá el deseo de emulación de los modos
de vida romanos de las élites indígenas, que detentaban toda la riqueza en
detrimento de sus depauperados pueblos, y que será apoyada por Roma para
controlar unas poblaciones lejanas, dispersas y levantiscas. Esta aristocracia
va a intentar adoptar primero los modos de vida del conquistador, para, en
segundo lugar, poderse integrar entre los ciudadanos con derechos romanos, o al
menos con derechos latinos. Así, sin intervención directa de Roma, a la que
solo interesaba el control del territorio, el cobro de los impuestos y la
potencialidad del nuevo mercado para sus productos, se va a producir un proceso
de aculturación por el cual la sociedad indígena, menos desarrollada en todos
los aspectos, adoptará los rasgos de la cultura dominante y mucho más
desarrollada, o lo que es lo mismo, se romanizará.
Este proceso que parece claro en el siglo
I d.C., debido al desarrollo que se alcanzó en este siglo, tuvo que comenzar antes,
durante la República. El problema es que las transformaciones producidas en
esta época que va desde la conquista de la Celtiberia en la segunda mitad del
siglo II a.C. hasta finales del I a.C. no se conocen muy bien y lo que sabemos,
el cambio desde la sociedad celtibérica clásica a la tardo celtibérica no se
puede determinar si corresponde al influjo romano o al dinamismo de este
pueblo. Quizá esta influencia romana haya que buscarla en la reorganización del
territorio, con una ocupación más intensa del mismo y la proliferación de los
asentamientos en llano.
En todo caso, si Roma no va a realizar una
política clara de romanización, aunque verá con buenos ojos sus progresos, si
va a establecer el marco jurídico que ordene ese proceso, mediante la concesión
de derechos jurídicos y de unidades administrativas romanas. Entre los primeros
hay que señalar el derecho romano y el latino, que suponía para los que lo
obtenían, un privilegio; entre las segundas, la provincia (Tarraconense), el
convento jurídico (cluniense, Clunia) y la civitates
(Uxama), que corresponde a una ciudad con un territorio extenso.
Uxama se encontraría entre las civitates stipendiariae, es decir, las
comunidades sin derechos propios, porque habían sido conquistadas por las armas
y tenían que pagar por ello un tributo fijo o stipendium y proporcionar tropas auxiliares.
Convento jurídico de Clunia y su
área de influencia
El proceso de romanización, que había
comenzado levemente en el siglo I a.C., se va a intensificar en la Celtiberia
en el siglo I d.C. Así Uxama crece en época de Augusto (27a.C.-14d.C.): todavía
los ajuares domésticos, a pesar de algunas importaciones de cerámica o vidrio,
siguen siendo tradicionales, se usan viviendas rupestres, al igual que las más
conocidas de Tiermes, y se entierran de la forma tradicional, como venían
haciendo en la necrópolis de Portuguí o Fuente La Araña.
En época de Tiberio (14-37d.C.) continúa
este crecimiento urbano, y por tanto demográfico, comenzando Uxama a dotarse de
los edificios propios de una ciudad romana, como lo atestigua el aterrazamiento
porticado de esta época, probable aterrazamiento para un templo de culto al
emperador, que podría formar parte del foro, para una reforma urbanística de ese
calibre. Este potencial económico suficiente para una reforma urbanística de
ese calibre. Este potencial económico vendría determinado por su posición en
una de las calzadas más importantes del interior, la que iba de Asturica
Augusta (Astorga) a Caesar Augusta (Zaragoza), que la comunicaba con otras
regiones de Hispania y con el mercado exterior, sobre todo el de la Galia (son
frecuentes las cerámicas de importación de esta zona) y con el desarrollo de
las actividades agropecuarias mejoradas con las nuevas técnicas romanas.
Otro dato para confirmar la creciente
romanización de Uxama durante esta época, sería la de dedicar un monumento
funerario a Germánico (19 d.C.), sobrino del emperador Tiberio, según los
relieves conservados en San Esteban de Gormaz (en San Miguel y en el Rivero) y
la inscripción de Alcubilla del Marques. Ello obedecería a la orden dada por el
emperador Tiberio de que todas las colonias y municipios erigiesen estos
monumentos; es decir, si Uxama era ya un municipio romano, y por tanto tenía derecho
latino y autonomía, o continuaba como ciudad estipendiaría, sin derechos y
dependiente de la administración romana, es menos importante que atestiguar la
voluntad de integración y romanización de las élites locales al levantar este
edificio y equiparse por tanto con otros municipios romanos. Otro dato que
puede confirmar la elevación de categoría de Uxama es que por esas fechas
Clunia y Tiermes también recibieron el estatus de municipio romano con todos
los derechos que ello llevaba aparejado.
A partir de este momento, el crecimiento
durante todo el siglo I d.C. será imparable: se desarrolla un urbanismo de
plano octogonal o en cuadrícula con insulae
(manzanas): casas de la Cantera, de la Atalaya, de Sectile, primera fase de la
Casa de los Plintos.
Casa de los plintos
Pronto se realiza un segundo foro al norte
del anterior (época Flavia: último tercio del siglo I d.C.), del que quedan
restos de la plaza empedrada y de una posible basílica (el denominado templo de
Venus por su excavador de principios de este siglo, Morenas de Tejada), cuya
función sería la de tribunal de la ciudad.
Otra constitución importante es el
acueducto que partiendo del nacimiento del río Ucero, a unos 15km., traía el
agua necesaria para una ciudad en pleno auge demográfico y con nuevas necesidades,
como los baños públicos o termas. El acueducto presenta una cota de unos 40m.
por debajo de la parte alta de la ciudad, por lo que esta zona elevada tuvo que
ser abastecida por cisternas que recogiesen el agua de lluvia, de las que
quedan buenos ejemplos, o elevando el agua del acueducto por diversos
mecánicos.
Acueducto
de Uxama
En conclusión, cuando termine el siglo I
d.C. se puede hablar de una Uxama romanizada, con edificios públicos romanos
(foro, templo, basílica, termas, acueducto y cisternas), urbanismo planificado,
casas con atrio, mosaico y pinturas murales, otros elementos romanos (cerámica terra sigillata y otras, vidrio,
bronces…), inscripciones funerarias en latín con nombres latinos, etc…; en
definitiva, una serie de elementos de cultura material propios de una ciudad
romana.
El paso al siglo II d C. no supone
ruptura, todo lo contrario, hay una continuidad. En todo caso parece que la
iniciativa pública será relegada por la privada. Se mantiene la actividad
edilicia con la remodelación de muchas casas del sector central de la ciudad.
El motivo hoy todavía es desconocido, aunque podría relacionarse con algún
incendio, el deterioro de algunas casas realizadas con muros poco sólidos, el
deseo de exteriorizar un mayor nivel de vida alcanzando por sus propietarios,
etc… Dentro de estas transformaciones se encontraría la Casa de los Plintos,
que ahora recibe la configuración definitiva y que hoy todavía puede apreciarse
tras su exhumación. Y junto a ella, el edificio denominado “tambor”, de difícil
interpretación.
Fuera de la ciudad también prosperan
diversos asentamientos dependientes de ésta, algunos de los cuales
corresponderían ya con villae o
villas de recreo de los potentados uxamenses y no sólo explotaciones agrícolas,
con lo que prefiguran lo que ocurrirá en los siglos IV y V.
c) Bajo imperio
En el siglo III la tendencia de
crecimiento interrumpido desde los inicios del imperio, es sustituida por la de
una contracción en todos los aspectos de la vida ciudadana. La tradicional
explicación a este cambio de tendencia estaría motivada por las invasiones
germanas de mediados de siglo, aunque también habría que añadir la crisis
económica que va a arruinar a estas ciudades y que llevará a muchos campesinos
empobrecidos a la rebelión; son los conocidos más tarde como bagaudas. Esta
crisis estaría provocada por el estancamiento del sistema socioeconómico
impuesto en el siglo I d.C., basado en el control del territorio por la ciudad
y la mano de obra esclava, y la búsqueda de nuevas soluciones. Estos fenómenos
van a repercutir en la fortaleza del estado romano que va a vivir unos años de
anarquía militar, que a su vez agravarán los problemas anteriores.
Ante esta crisis los potentados van a ir
abandonando las ciudades, para no responsabilizarse del cobro de impuestos con
su patrimonio, con lo que empeorarán la situación de aquellas, Ahora se
trasladan al campo, a las antiguas villas de recreo y explotación agrícola,
potenciándolas y convirtiéndose en dueños de amplios latifundios
autosuficientes, donde van a establecer relaciones de dependencia con sus
trabajadores que prefiguran las del mundo feudal.
Uxama no se va a librar de esta crisis.
La ciudad va a reducir su perímetro urbano con el abandono consiguiente de
algunos barrios periféricos; va a levantar una muralla en el siglo IV, si es
que no existía ya de antes, lo que implica una fuerte inseguridad en la zona; y
va a perder a los potentados de la ciudad, que se irán asentando en las
antiguas villas, ahora más lujosas y amplias, como en el caso de las villas de
Rioseco, Valdanzo, Santervás, Barcebalejo, Vildé o la recientemente descubierta
en la zona del Soto, en El Burgo.
Plano
villa romana de los Quintanares de Rioseco
Mosaico
villa romana de los Quintanares de Rioseco
El proceso de despoblación culminaría en
el siglo VI, ya en época visigoda, con el abandono del castro a favor del
llano, en la actual Osma, en relación con las vías de comunicación principales.
Anexo II : Sobre la vida de los habitantes de Uxama, véase el
Powert point “VITA ROMANORUM”
3.3. LA
CAÍDA DE LA CIUDAD. EL PASO AL MEDIEVO
La
cristianización, como ocurre en casi toda la Meseta, debió ser tardía, y en el
S. VI, tras el asentamiento visigodo, se crea la sede episcopal oxomensis,
cuyos obispos suscriben las Actas de los Concilios de Toledo desde 597 [115].
Con ello Uxama pasa a ejercer la primacía religiosa en una amplísima zona de la
Meseta N. Una sede episcopal como fue ésta de Osma debió estar asentada en un
núcleo de población de relieve pero no hay indicios firmes de su ubicación. Es
posible que no estuviese siquiera en el Alto del Castro sino al pie de su
ladera N. en el área del Palomar hacia la actual Osma que tal vez nació y
creció en torno a los restos de la primitiva Iglesia. El hecho de que Clunia, a
pesar de su largo papel de capitalidad del convento jurídico no tuvo sede
episcopal y si en cambio Osma quizá por su mejor situación en la res de
comunicaciones y por haber en ella un asentamiento visigodo de cierta
importancia. Ese grupo se asimilaría a la población tardo imperial residual de
la ciudad.
El resto hispano visigodo más destacable
es la evidencia de una necrópolis. A principios de los años 50, al extraer
tierra para hacer adobes con destino a una nueva vivienda del barrio de La
Nevera de Osma se descubrieron algunos enterramientos de tipología visigoda.
Con el fin de no detener la obra, el responsable de la misma ocultó el hallazgo
y los materiales de los correspondientes ajuares se responsable de la misma
ocultó el hallazgo y los materiales de los correspondiendo ajuares se
repartieron entre los obreros. Años después puede ver en casa de un vecino de
Osma dos hebillas de cinturón y una fíbula aquiliforme con esmaltes. Cuando
posteriormente quise ver las piezas con el fin de estudiarlas ya no fue
posible. Según las noticias que puede obtener se trataba de tres tumbas con
ajuar, una de ellas particularmente rica. El lugar era aproximadamente la
esquina donde convergen la carretera de Valladolid y el camino del Hospicio.
Además se conocen algunos objetos sueltos procedentes del Castro, como 20
cuentas de collar y una hebilla de cinturón rectangular.
La vieja ciudad hispanorromana e hispano
visigoda debió quedar desierta. No parece que ocurriera lo mismo en sus
alrededores, aún con la despoblación estratégica de una serie de núcleos
urbanos del valle del Duero y la Meseta Norte realizada en el S. VIII por
Alfonso I de León, para convertirlos en frontera con los territorios dominados
por los musulmanes]..
Estela
Vildé con inscripción hispano-visigoda
En 912 se repobló la zona. El solar de la
ciudad antigua sirvió para construir tanto
edificios destacados como el Castillo, la Catedral, los hospitales, las
casonas, como para algunos elementos constructivos- esquinas, dinteles, jambas,
etc.- de casas, bodegas y corrales de su sucesora-la nueva Osma- surgida junto
a las ruinas de Uxama.